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La cantante y guitarrista Morgan Wade. / Blanca castillo

Costaba al respetable entrar hasta el fondo de los conciertos, tal vez por el intenso calor que el nublado hacía bochornoso. Pero la cantante de Virginia y su banda lograron encender la mecha. Morgan Wade fue consciente de que esto del Azkena es un festival de rock y dejó a un lado la rama más bucólica de su sonido country, aunque su deje estilístico al cantar no deja dudas de que Nashville es su epicentro.

Con un breve top que le permitía lucir su amplia colección de tatuajes, en clara competencia con la exposición que llevaba en los brazos el guitarrista del instrumento negro de media caja, la artista llevó las rítmicas con una llamativa acústica roja. Para estropear la estética del grupo, el guitarra de la telecaster lucía unos limpios brazos con una camiseta de tirantes que remarcaba su moreno 'agromán' con marca de mangas cortas.

Pero vamos a lo musical, que no fue tan country como cabía esperar. La cosa fue más pop rock, con temas en los que resaltaba esa vena orientada a la radio. Sí, esa misma que ha sido premiada en los Grammy para Chris Stapleton.

La epifanía y el cambio de concierto llegó con la inflexión marcada por el 'Suspicious Minds' de Elvis, que enganchó a la gente. Y la llevó a bailar y a participar más, hasta el final.

Luego llegó el festival en caliente con Hiss Golden Messenger, con MC Taylor y los suyos sembrando americana de nivel, con gusto e interacción entre los instrumentistas. Sobre todo, el que tocaba con la Telecaster Nashville: rock y country con alma.